Los refugios y fundaciones de rescate de animales en Colombia desempeñan un papel crucial en la protección de perros y gatos abandonados, pero enfrentan grandes dificultades debido a la falta de apoyo gubernamental y la creciente demanda de ayuda. Muchos de estos albergues operan gracias a donaciones de ciudadanos preocupados por el bienestar animal, pero los recursos son limitados y, en algunos casos, insuficientes para cubrir los gastos de alimentación, atención veterinaria y mantenimiento de los espacios.
Además de los retos económicos, los refugios deben lidiar con el hacinamiento, ya que la cantidad de animales rescatados supera su capacidad. Esta situación se agrava con la falta de conciencia sobre la adopción, pues muchas personas aún prefieren comprar animales en lugar de darles una segunda oportunidad a los rescatados.
A pesar de estas dificultades, las organizaciones continúan trabajando en la rehabilitación y reubicación de los animales, promoviendo jornadas de adopción y sensibilización. Sin embargo, los activistas insisten en que el problema no puede ser resuelto únicamente por ellos; es necesario un compromiso por parte de las autoridades para fortalecer la protección animal en el país.