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El sector porcino español, en alerta máxima

Redacción 4 paticas 0 0

La aparición de peste porcina africana en jabalíes de Barcelona ha encendido todas las alarmas en un país que llevaba 30 años libre de este virus. El pasado 26 de noviembre se localizaron dos jabalíes muertos por la enfermedad cerca del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona, y en apenas una semana la cifra ya asciende a nueve ejemplares. El hallazgo exige una reacción firme, rápida y conjunta de todas las administraciones para impedir que la infección se propague y alcance a las explotaciones ganaderas. Aunque la situación es grave, es fundamental subrayar que la peste porcina africana solo afecta a cerdos y jabalíes: no se contagia a humanos ni compromete la seguridad alimentaria. No estamos ante una emergencia sanitaria para la población.

A diferencia de brotes anteriores, esta vez el virus no ha aparecido en una granja, sino en plena naturaleza, lo que obliga a replantear dos asuntos clave. En primer lugar, la gestión de la fauna salvaje. La presencia descontrolada de jabalíes se ha convertido en un problema creciente, impulsado por el abandono del campo, la ausencia de medidas sostenidas para regular su población y conductas irresponsables —como alimentarlos— que facilitan su expansión. La multiplicación por diez de estos animales desde que la enfermedad fue erradicada en 1994 debería ser un toque de atención. Las decisiones que se tomen en Barcelona para frenar esta superpoblación podrían ser un referente para otras regiones con dificultades similares.

La segunda reflexión apunta al uso del entorno natural, específicamente al parque de Collserola, un espacio verde fundamental para la ciudad y a menudo objeto de disputas entre residentes, ecologistas, agricultores y promotores. Su creciente uso como zona recreativa y deportiva añade complejidad a la situación. En este contexto, la intervención de la UME —inusual en Cataluña— ha sido crucial. Mientras el riesgo de propagación siga activo, se deben aplicar restricciones estrictas de acceso, y la ciudadanía debe colaborar evitando ingresar en las áreas afectadas. No existe tratamiento ni vacuna efectiva: la única estrategia es aislar y sacrificar a los animales infectados.

Aunque el brote pueda parecer localizado, sus implicaciones nacionales son enormes. La entrada de España en la lista internacional de países con peste porcina ha provocado que numerosos mercados bloqueen las importaciones de carne española. La amenaza económica es considerable: España es el mayor productor de porcino de la Unión Europea y su principal exportador, generando cerca de 8.000 millones de euros anuales, de los cuales 3.700 millones proceden de ventas fuera del bloque comunitario. China, destino del 42% de estas exportaciones extracomunitarias, ha limitado de momento su veto a la provincia de Barcelona gracias al acuerdo suscrito durante la reciente visita de Estado.

El sector vive días de enorme incertidumbre, preparándose para escenarios adversos. En este contexto, es imprescindible que las autoridades actúen con contundencia, coordinación y total transparencia. De ello dependen no solo la imagen internacional del porcino español, sino miles de empleos y la estabilidad de una de las principales industrias agroalimentarias del país.

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