El aumento de perros y gatos callejeros en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali no solo representa un problema de bienestar animal, sino que también tiene implicaciones en la salud pública. La presencia de estos animales en las calles puede contribuir a la propagación de enfermedades zoonóticas como la rabia y la leptospirosis, que pueden afectar tanto a otros animales como a los humanos.
Las mordeduras de perros sin hogar también se han convertido en una preocupación creciente. Según reportes de las autoridades sanitarias, los incidentes de ataques de perros en la vía pública han aumentado en los últimos años, lo que ha generado llamados a la implementación de estrategias de control y prevención más efectivas.

Las campañas de vacunación y esterilización masiva se han convertido en herramientas fundamentales para mitigar estos riesgos, pero su alcance aún es limitado en comparación con la magnitud del problema. Mientras tanto, expertos en salud pública insisten en que la solución no solo debe centrarse en los animales, sino también en educar a la población sobre la importancia de la tenencia responsable y la adopción como alternativa al comercio de mascotas.
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